Es bien sabido que no es nada fácil crear una conexión emocional entre la marca y el consumidor. Sin embargo, con una buena dosis de coherencia, conocimiento de consumidor y evolución constante, se puede dar. Juan Luis Isaza, Vicepresidente de Planeación Estratégica de la agencia DDB en México, opina que todas las marcas deberían “conquistar un terreno emocional”, o si no serán demasiado vulnerables frente a su competencia.
“Ese posicionamiento emocional se logra cuando las marcas tienen la valentía de mirar al consumidor a partir de los beneficios y las emociones que están relacionados con el consumo de su marca”, afirma. Para lograrlo recomienda “conocer profundamente al consumidor y no hablarle de las necesidades que el producto satisface, sino de los deseos, emociones e ilusiones que tiene el usuario y que la marca gratifica”.
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